Estamos en Edificada en Cristo con la serie de Ester[i], ya hemos visto cómo la providencia de Dios está presente en esta historia, aun sin nombrar a Dios, son una serie de eventos que Dios va orquestando para desarrollar su plan y proteger a su pueblo de la extinción.
Ester se encuentra ahora en el palacio del rey y se ha convertido realmente en la reina de Persia. Ella ha sido seleccionada entre cientos de mujeres. El rey la favoreció a ella. Él ha tomado a esta joven judía, probablemente una adolescente, para ser su reina.
Y nosotras hemos leído el final de la historia, así que sabemos lo que Dios está haciendo. Pero Ester y su primo Mardoqueo, que era su padre adoptivo, no tenían ni idea de lo que Dios estaba haciendo. Vemos que Dios estaba trabajando, en Su providencia, en y a través de sus circunstancias. Hoy aún más nos convenceremos de la Providencia Divina y nos daremos cuenta de que hay una guerra espiritual que ya tiene un vencedor: CRISTO.
LA PROVIDENCIA DIVINA
Ester 2:19 19Cuando las vírgenes fueron reunidas por segunda vez, Mardoqueo estaba sentado a la puerta del rey. 20Ester todavía no había dado a conocer ni su familia ni su pueblo, tal como Mardoqueo le había mandado, porque Ester hizo lo que le había dicho Mardoqueo, como cuando estaba bajo su tutela.
Ahora bien, esta es la segunda vez que ese pequeño detalle se menciona en esta historia. Cuando Dios dice algo una vez en la Escritura, vale la pena prestar atención. Cuando lo dice dos veces, aparentemente Dios piensa que es importante.
Ester confió en Mardoqueo lo suficiente para obedecerle, y seguir su liderazgo. Ella no se olvidó de lo se le había enseñado ahora que ella era independiente. Creo que eso es una evidencia de su sabiduría, de su carácter —el hecho de que tenía respeto por la autoridad; por su educación y su formación.
Por otro lado, Mardoqueo entra a protagonizar esta historia de la siguiente manera
Ester 2:21-23 21En aquellos días, estando Mardoqueo sentado a la puerta del rey, Bigtán y Teres, dos eunucos del rey, guardianes del umbral, se enojaron y procuraban echar mano al rey Asuero. 22Pero el asunto llegó a conocimiento de Mardoqueo, y él se lo comunicó a la reina Ester, y Ester informó al rey en nombre de Mardoqueo. 23Cuando el asunto fue investigado y hallado cierto, los dos eunucos fueron colgados en una horca. Esto fue escrito en el libro de las Crónicas en presencia del rey.
Fue debido a la providencia divina, en primer lugar, que Mardoqueo estaba en su posición, en la puerta del rey. Es por eso por lo que le fue posible conocer sobre este complot para asesinar al rey, Dios lo había puesto en esa posición.
Fue providencia de Dios que este complot fuera revelado a Mardoqueo. Es decir, no creo que estos dos conspiradores le contaran todo intencionalmente a Mardoqueo. Mardoqueo lo oyó de alguna manera por casualidad. ¿Cómo llegó a su atención? Fue la providencia. Dios lo puso en aquel sitio para escucharlo.
Entonces vemos que Mardoqueo era leal al rey, a pesar de que no era un rey piadoso. Cuando Mardoqueo se enteró del complot, se lo informó a Ester. Los hombres fueron juzgados y fueron llevados ante la justicia, y el complot fue evitado.
Algunas nos preocupamos con facilidad: “¿Qué voy a hacer cuando llegue a la vejez? ¿Quién va a cuidarme? ¿Qué va a pasar si la enfermedad de Alzheimer de mi marido empeora? ¿Qué va a pasar si mis hijos hacen esto o aquello?, y otras preguntas.”
No sé qué va a suceder, tú no lo sabes tampoco. Pero Dios sabe lo que va a suceder, y Dios ya ha estado allí antes que tú para proveer las cosas que tú no tienes ni idea que van a ocurrir. No sabes que tu marido perderá su trabajo en dos meses a partir de ahora. Pero Dios sí lo sabe.
No te quedes despierta en la noche preocupándote y tratando de averiguar, o “¿Qué voy a hacer cuando salga de la universidad? O ¿Cómo voy a conseguir trabajo? ¿Qué voy a hacer con esto, o aquello? Dios lo sabe. A Dios le importa. Dios va delante de ti preparando el camino. Así es la providencia de Dios. Y aquí la ves en acción.
Mardoqueo no fue recompensado, sabemos que muchas de las recompensas de la vida cristiana no ocurren ahora. Nuestra recompensa, como servidoras de Dios y de nuestras familias, no ocurre ahora. La recompensa llega más tarde.
LA GUERRA ESPIRITUAL
Entrando al capítulo 3, nos encontramos con este personaje Amán
Ester 3:1-4 1Después de esto el rey Asuero engrandeció a Amán, hijo de Hamedata el agagueo, y lo ensalzó y estableció su autoridad sobre todos los príncipes que estaban con él. 2Y todos los siervos del rey que estaban a la puerta del rey se inclinaban y se postraban ante Amán, porque así había ordenado el rey en cuanto a él; pero Mardoqueo ni se inclinaba ni se postraba. 3Entonces los siervos del rey, que estaban a la puerta del rey, dijeron a Mardoqueo: «¿Por qué traspasas el mandato del rey?». 4Después que ellos le estuvieron hablando día tras día y él se había negado a escucharlos, se lo informaron a Amán para ver si la palabra de Mardoqueo era firme, porque él les había declarado que era judío.5Cuando Amán vio que Mardoqueo no se inclinaba ni se postraba ante él, Amán se llenó de furor.
El rey había puesto a Amán en el lugar más alto al que una persona podía aspirar, tenía autoridad y el rey había ordenado que todos debían inclinarse y postrarse delante de Amán; sin embargo, Mardoqueo no lo hizo.
Estamos viendo que la batalla se intensifica en la medida que vemos a estos dos hombres: Amán, que quiere que todo el mundo doble sus rodillas ante él, y Mardoqueo, por otro lado, que dice: “Yo no voy a doblar mis rodillas ante usted”. Esta es una batalla entre dos reinos: el reino del hombre y el reino de Dios
¿Por qué Mardoqueo no dobla sus rodillas? El versículo 1 del capítulo 3 nos dice que Amán era un agageo. Eso significa que él era descendiente de Agag, recordarán que fue el antiguo rey de los amalecitas. Los amalecitas eran descendientes de Esaú, hermano gemelo de Jacob, y los amalecitas habían sido enemigos del pueblo de Dios, de los judíos, por siglos.
Uno de estos episodios se encuentra en Éxodo capítulo 17, recordamos que los amalecitas atacaron a los israelitas en Refidim. Allí fue donde Josué luchó contra los amalecitas, mientras Moisés levantaba sus brazos durante la batalla, con el apoyo de Aarón y de Hur. Al final de la batalla, Dios le dijo a Moisés: “yo borraré por completo la memoria de Amalec de debajo del cielo” (versículo 14).
Luego en la época del rey Saúl, Samuel le da la orden de exterminar a los amalecitas.
1 Samuel 15:2-3 2Así dice el Señor de los ejércitos: “Yo castigaré a Amalec por lo que hizo a Israel, cuando se puso contra él en el camino mientras subía de Egipto. 3Ve ahora, y ataca a Amalec, y destruye por completo todo lo que tiene, y no te apiades de él; antes bien, da muerte tanto a hombres como a mujeres, a niños como a niños de pecho, a bueyes como a ovejas, a camellos como a asnos”».
Así que en 1ª de Samuel nos dice que Saúl atacó a los amalecitas, pero tomó a Agag, rey de los amalecitas, y lo dejó vivo. Por cuestión de orgullo, Saúl y el ejército perdonaron a Agag. Él quería ser visto como un rey conquistador, entonces no mató al rey de los amalecitas como Dios le había ordenado que lo hiciera.
Cuando llegamos a la historia de Ester vemos que las elecciones que hacemos cuando decidimos obedecer a Dios ‘parcialmente”–en lugar de obedecerle completamente- pueden tener implicaciones para las generaciones futuras. A Saúl le fue dada la oportunidad de representar a Dios en la erradicación de esta raza de malas personas. Él no la aprovechó y desobedeció.
Así que ahora los judíos están en peligro de extinción debido a Amán, un agageo, porque siglos antes Saúl no terminó el trabajo de exterminar a los enemigos de Dios.
Permítanme decirles, jóvenes y mujeres mayores, que cuando no nos ocupamos de la carne– del orgullo, de los asuntos que tienen que ver con la obediencia con el dominio propio en nuestras vidas-se abre una puerta, un instrumento, para que el enemigo tenga la victoria, no solo con sus vidas, sino también con sus hijos y con sus nietos y con futuras generaciones.
Y vemos entonces que Mardoqueo se niega a doblar sus rodillas y a rendir culto, porque Mardoqueo es judío. No era contrario a la ley de Dios que Mardoqueo honrara a un gobernante humano. Ellos fueron instruidos a honrar al rey. Sin embargo, los amalecitas, el pueblo representado por Amán, eran los enemigos declarados de Dios y de Su pueblo. Mardoqueo dijo: “Yo no voy a honrar a nadie que es enemigo de Dios”.
Una vez más, si pudiera dirigirme de manera especial a las más jóvenes – decide si encajas en esa categoría o no-. Ustedes tienen muchas oportunidades, presiones para ceder ante el sistema del mundo, presiones en este mundo, presiones de parecerse al mundo, de pensar como el mundo, de actuar como el mundo, de salir con hombres como el mundo, y de hacerlo todo a la manera del mundo.
Quiero decirte que tienes que ser una mujer de convicción, una mujer que se mantenga firme y que dice: “Voy a honrar a Dios y voy a obedecerle. No voy a ponerme del lado de los enemigos de Dios, porque al hacerlo repruebo al pueblo de Dios”.
Hay una guerra espiritual Amán y Mardoqueo son dos jugadores pequeños que representan esta gran batalla. Creo que Satanás estaba apoyando a Amán de la misma manera como Satanás entró en Judas cuando traicionó a Cristo -de la misma forma en que tú y yo tratamos de ser adoradas, cuando insistimos en tener la razón y todo el mundo tiene que estar de acuerdo con nosotras, asumimos las características del Anticristo. Eso es cosa seria.
El versículo 5 nos muestra a Amán lleno de furor, que cuando no consigue lo que quiere, cuando no es adorado como desea, se llena de furia. Esta palabra furia o ira como dice en algunas traducciones corresponde a una ira violenta con deseos de venganza: es una ira que hace pagar. La respuesta, como siempre sucede con la ira, expone lo que hay en el corazón.
Pero no se satisface con ponerle las manos a Mardoqueo solamente. Amán busca destruir a todos los judíos, a todo el pueblo de Mardoqueo esparcido por todo el reino de Asuero (v.6).
Ester 3:6 Y él no se contentó con echar mano solo a Mardoqueo, pues le habían informado cuál era el pueblo de Mardoqueo. Por tanto, Amán procuró destruir a todos los judíos, el pueblo de Mardoqueo, que estaban por todo el reino de Asuero.
Quiero que recordemos que la batalla no es realmente entre Amán y Mardoqueo. Ellos son solo símbolos de una colisión entre dos reinos a un nivel mucho más profundo: entre el reino de Dios y Satanás mismo.
Ahora bien, Amán no es el único que ha perseguido a los judíos. El rey Herodes lo hizo en el primer siglo cuando trató de matar a todos los niños judíos.
Satanás es llamado en la Biblia el príncipe de este mundo, pero quiero recordarles que no importa que tan poderoso sea él, él no es todopoderoso. Él no es rival para Dios. Dios siempre tiene la última palabra. En tu mundo, algunas veces te parecería que Satanás estuviera ganando, y, de hecho, Dios le permite ganar algunas batallas, pero al final Dios prevalecerá.
Entonces, Amán desarrolla su plan y va donde el rey para recibir apoyo y la autoridad para implementarlo.
Ester 3:8-9 8Y Amán dijo al rey Asuero: «Hay un pueblo esparcido y diseminado entre los pueblos en todas las provincias de su reino; sus leyes son diferentes de las de todos los demás pueblos, y no guardan las leyes del rey, así que no conviene al rey dejarlos vivos. 9Si al rey le parece bien, que se decrete que sean destruidos, y yo pagaré 340 toneladas de plata en manos de los que manejan los negocios del rey, para que los pongan en los tesoros del rey»
Amán calumnió a los judíos delante el rey, pero noten que él no le dijo al rey quiénes eran esta gente. Solo le dijo que había ciertas personas que eran una amenaza para su reino.
Pero los historiadores nos dicen lo contrario, los judíos vivían vidas sujetas a la ley y hacían aportes positivos a la sociedad Persa, tal y como Dios les había dicho que hicieran mientras estuvieran en la tierra de su cautividad. Ellos eran buenos ciudadanos. Eran ciudadanos íntegros.
Les aseguro que Amán no tenía mucho dinero. Quizás era un hombre rico, pero creo que es obvio que él estaba planeando usar el despojo de los judíos para pagarle a la tesorería del rey. De modo que esta oferta resultaba lucrativa para Asuero a la luz del hecho de que él acababa de ser derrotado por los griegos. Esa había sido una intensa batalla, y aquí él ve la oportunidad de recuperar algo de esa pérdida.
Así vemos a Amán abusando del poder, abusando de la autoridad, abusando de la influencia, abusando para oprimir a los judíos y para destruir sus vidas.
Ester 3:12 Entonces fueron llamados los escribas del rey el día trece del mes primero, y conforme a todo lo que Amán había ordenado, fue escrito a los sátrapas del rey, a los gobernadores que estaban sobre cada provincia y a los príncipes de cada pueblo, a cada provincia conforme a su escritura, a cada pueblo conforme a su lengua, escrito en el nombre del rey Asuero y sellado con el anillo del rey.
Así que este horripilante decreto, este edicto, es escrito y establecido. Escrito está. Así sea hecho. Se envía a toda nación y es un edicto para matar, para exterminar a todos los Judíos: jóvenes y ancianos, mujeres y niños, y saquear todos sus bienes en un día.
Oigan bien, ha habido una larga lista de personas a través de la historia tratando de borrar la raza judía, pero también se ha hecho mucho esfuerzo para erradicar a los cristianos de esta tierra porque son seguidores de Cristo, pues Satanás odia a Cristo. Satanás, la serpiente, siempre está buscando destruir a Cristo y a Sus hijos. El imperio romano fue conocido por sus diez olas de persecución contra la iglesia, desde el tiempo de Nerón hasta Diocleciano.
Y en nuestro día, en nuestra cultura, en formas menos evidentes a veces, creo que estamos presenciando un esfuerzo concentrado para eliminar la presencia y la influencia del pueblo de Dios; un pueblo que rehúsa inclinarse a este sistema mundial desprovisto de Dios. Hay un movimiento anticristiano en nuestra cultura. Tú puedes hablar de Dios todo lo que quieras, pero no exaltes a Cristo como Señor.
Escuchamos de estas guerras culturales en la palestra pública. Se oye del sistema educativo de en Chile queriendo implementar el programa de sexualidad integral en la sala de clase, dejando fuera a los padres y sus valores. Tú podrás pensar: ¿Y qué importa eso? ¿Cuál es el problema?
El asunto es que Satanás odia a Cristo. Los seguidores de Satanás están buscando erradicar el nombre de Cristo de la tierra, sus valores, su moralidad. A veces lo hacen bajo el nombre de religiones, como el Islamismo. Eso es un poco más obvio. A veces lo hacen en formas más sutiles, ocultas bajo instituciones o bajo conceptos de igualdad y tolerancia, tratando de liberar al planeta de relacionarse con Cristo y de rendirle adoración.
Así que este poderoso edicto es promulgado y enviado a todo el imperio persa. La muerte para todos los judíos. Parece tan irrevocable. Parece una situación sin salida. Los judíos no tienen forma de defenderse contra este exterminio. No hay vía de escape.
Pero Dios todavía es Dios. Dios todavía es soberano. Dios todavía es el rey de toda la tierra. Todos los Asueros, Amanes, Herodes e Hitlers de este mundo solo toman órdenes de Satanás que al final responde a las órdenes de Dios. Dios es todavía el rey. Dios es el juez. Él está logrando Sus propósitos, y Él está escogiendo y asombrosamente utilizando personas como tú y como yo para ser parte de aquellas que lleven a cabo Sus propósitos.
Tú no sabes por qué Dios está haciendo lo que está haciendo. Pero Dios sí lo sabe. Por tanto busca evidencia de la providencia de Dios a tu alrededor y cuando no puedas verla, algo que a menudo sucede, entonces confía en que Él está trabajando, planeando, preparando, orquestando, tejiendo un plan y tendrás parte en esta historia.
Síguenos en el siguiente episodio de la serie ESTER, para ser Edificada en Cristo
[i] (Tomado de Nancy Leigh DeMoss, 23 de febrero al 16 marzo 2018, transcripción de radio. www.AvivaNuestrosCorazones.com)