Estamos en Edificada en Cristo, en el episodio anterior vimos algunas ideas que promueve la cultura del feminismo, una de ellas es el empoderamiento femenino, el cual se opone al plan de Dios para la mujer.
El ideal feminista no ha traído la satisfacción esperada, sino que ha producido más dolor, más angustia, más fracasos, por lo tanto, debemos volver y valorar el Diseño de Dios. Hoy veremos una consecuencia más de la cultura del feminismo y esta es a las
Mujeres despreciando a los hombres
El Movimiento feminista analizó el problema de la relación entre el hombre y la mujer, aquí te presento algunos de estos problemas:
- Los hombres son el problema
- El patriarcado es el problema
- La falta de poder en las mujeres es el problema
- Las leyes y sanciones inadecuadas son el problema
- El condicionamiento cultural es el problema
- Los roles estereotipados son el problema
- La falta de educación es el problema
En estas declaraciones hay medias verdades, en cierto sentido si son parte del problema, pero ninguna de estas son la raíz del mismo.
El problema de la relación entre el hombre y la mujer es el pecado, ninguno es inocente, no podemos corregir el problema sin Cristo. Mientras no sometamos a Dios nuestro carácter, nuestras actitudes seguiremos sufriendo.
¿Cuál es esa conducta y actitud que viene de Dios?
1 Pedro 3:1-5 Asimismo, ustedes, mujeres, estén sujetas a sus maridos, de modo que si algunos de ellos son desobedientes a la palabra, puedan ser ganados sin palabra alguna por la conducta de sus mujeres al observar ellos su conducta casta y respetuosa. Que el adorno de ustedes no sea el externo: peinados ostentosos, joyas de oro o vestidos lujosos, sino que sea lo que procede de lo íntimo del corazón, con el adorno incorruptible de un espíritu tierno y sereno, lo cual es precioso delante de Dios. Porque así también se adornaban en otro tiempo las santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos.
Conducta casta y respetuosa, espíritu tierno y sereno. Toda actitud y conducta distinta a esta enseñanza es pecado.
Paremos aquí, para mí esto es duro y ¿para ti?, creo que también, no he tenido esta forma de relacionarme en forma continua en mi vida, por eso necesito, necesitamos a Cristo, necesitamos orar por estas cosas y dejar que el Espíritu Santo trabaje en nuestros corazones porque solas con nuestra propia fuerza e inteligencia no podemos cumplir este estándar, y esto no para quedar nosotras conformes, sino para dar la Gloria a Dios.
Ahora bien, volviendo al tema, lo que esta ideología hace es alentar a adoptar una mentalidad de “nosotras-ellos”, a entrar en el terreno de la culpa, a enojarse y a tener el derecho de hacerlo “a mi manera”. Fomenta el enojo, la amargura, el resentimiento, la rivalidad.
¿Cuál es el resultado entonces? Que la mujer desvaloriza al hombre, lo trata como un ser inferior, que no entiende nada. Es decir, no lo respeta.
Quiero te autoevalúes en cuanto al respeto que tienes por tu esposo y los hombres en general, a través de las siguientes preguntas:
Primero
- ¿Le hablas a tu esposo de manera degradante e irónica? Por ejemplo, usando las siguientes frases:
- “¿Qué te pasa?”
- Cualquiera lo podría haber hecho mejor que tú
- Mi papá nunca lo hubiera hecho
- ¿No puedes hacer nada bien?
- Lo que acabas de decir es tan ridículo
- “Te estás tomando mucho tiempo, déjamelo hacerlo yo misma”
La enseñanza de Dios dice
Proverbios 21:19 Mejor es habitar en tierra desierta Que con mujer rencillosa y molesta.
- ¿Trata usted a su esposo en privado tan respetuosamente como trata a sus conocidos, su vecino, o sus amigos en público?
El mandamiento de Dios es
1 Pedro 2:17 Honren a todos, amen a los hermanos, teman a Dios, honren al rey.
(¿Si “honrad a todos” es como debe tratarlos, ¿cuánto más debe usted respetar a su esposo?)
- ¿Muestra su rostro una actitud irrespetuosa con malas caras, miradas repugnantes, los brazos cruzados, etc.?
Un ejemplo lo encontramos en Caín
Génesis 4: 6-7 Entonces el Señor dijo a Caín: «¿Por qué estás enojado, y por qué se ha demudado tu semblante? Si haces bien, ¿no serás aceptado? Pero si no haces bien, el pecado yace a la puerta y te codicia, pero tú debes dominarlo».
- ¿Habla usted por su esposo o lo interrumpe?
Este es el amor que enseña Dios
1 Corintios 13:4-5 El amor es paciente, es bondadoso. El amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no es arrogante. No se porta indecorosamente; no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal recibido.
- ¿Trata usted de intimidar o amedrentar a su esposo, amenazándolo, atacándolo verbalmente, llorando o trata de manipularlo en alguna otra manera para salirse con la suya?
Eres la sabia o la necia de Proverbios 14:1
Proverbios 14:1 La mujer sabia edifica su casa. Pero la necia, la derriba con sus manos.
- ¿Les cuenta a otros las debilidades de su esposo?
Proverbios 31:23 Su marido es conocido en las puertas.
La mujer virtuosa hacía que su esposo fuera apreciado por todos
- ¿Lo contradice usted inapropiadamente frente a otros?
Proverbios 31:12 Brinda a su esposo grandes satisfacciones todos los días de su vida. DHH
- ¿Lo compara con otros hombres desfavorablemente?
Muestra descontento en contraste a la enseñanza de Dios
Filipenses 4:11 …pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación.
- ¿Escucha la opinión de su esposo, tratando de entenderlo?
Santiago 1:19 …todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar…
- ¿Respeta usted el puesto de su esposo en el hogar de tal manera que él puede confiar que usted hará sus deseos aun cuando él no esté en casa?
Proverbios 31:11 El corazón de su marido está en ella confiado, y no carecerá de ganancias.
- ¿Respeta usted sus encargos tratando de cumplirlos como él pidió, aunque a usted no le parezca importante?
1 Pedro 3:5 Porque así también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos.
12. ¿Diría su esposo que usted tiene un espíritu afable y apacible? Si es así, lo demostrará en su manera de tratarlo.
1 Pedro 3:3–4 Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios.
13. ¿Está usted obedeciendo a Dios siendo respetuosa con su esposo?
Efesios 5:33…y la mujer, respete a su marido.
Si contestaste afirmativamente cualquiera de estas preguntas, entonces no eres tan respetuosa de tu esposo como Dios lo quiere. Necesitamos arrepentirnos y confesar estas faltas. Pedirle al Espíritu Santo que trabaje en nuestros corazones para respetar.
Otro aspecto a resaltar es que los roles entre los hombres y las mujeres no son intercambiables, es decir que cuando pensamos que el hombre debe hacer las labores del hogar en el mismo porcentaje que la mujer o el hombre piensa que la mujer debe traer el sustento al hogar en el mismo porcentaje que él, es solo una muestra de lo que esta ideología ha dejado en nuestras relaciones, nuestros roles están indicados y diseñados por Dios.
No estoy indicando que el hombre no pueda hacer labores hogareñas, al contrario, es bueno compartirlas, ni tampoco estoy indicando que la mujer no pueda trabajar fuera del hogar, el punto aquí es que cada uno tiene roles y responsabilidades que no son intercambiables, cada uno son dados por Dios.
Otro aspecto es la capacidad del hombre de proteger, la cual es inherente a él, cuando nos hacemos mujeres superpoderosas, independientes, o que nunca nos enfermamos, o que no necesitamos ayuda ni protección, restamos o menospreciamos este rol del varón y vamos convirtiendo al hombre en una persona despreocupada de nuestras necesidades.
A medida que esta sociedad va desprestigiando y minimizando las características masculinas, lo que se obtiene es hombres incapaces de cumplir sus roles, más inseguros, incluso más feminizados en su comportamiento.
Hermanas, primero aceptemos el plan de Dios con humildad y luego vivamos plenamente el plan de Dios y veamos lo que Dios hará en nuestras relaciones.
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