ESTER (Parte I)

Estamos en Edificada en Cristo, hoy comenzamos una hermosa historia de esta joven mujer judía que defendió a su pueblo de la muerte segura aun poniendo en riesgo su propia vida.

Esta joven se llamó Ester o Hadasa (nombre hebreo), te invito a leer esta historia, el libro de Ester, y a medida que vas leyendo maravíllate con lo que Dios hace para llevar a cabo sus planes y como Dios está presente, actuando a través de su cuidado o lo que llamamos providencia de Dios.[i]

Quiero exponer algunas verdades que espero se graben en tu mente:

• Es algo hermoso vivir bajo la cuidadosa providencia de Dios.

• Dios tiene un plan soberano.

• El plan de Dios nunca falla.

• Hay una guerra espiritual.

• No hay ninguna situación tan desesperante en que Dios no pueda actuar.

EL CONTEXTO

Aproximadamente 100 años antes de que la historia de Ester comenzará en el 586 A.C., los judíos fueron llevados cautivos a Babilonia como disciplina de Dios por su pecado (Jeremías 52).

Fueron cautivos en Babilonia durante 70 años antes de que el Imperio babilónico cayera en manos de los persas (Jeremías. 29:10). Dios entonces trabajó a través del rey Ciro (Esdras 1:1–6) para dar a los judíos la libertad de regresar a su patria (alrededor de 538 A.C.). Sin embargo, muchos se quedaron atrás en Persia, incluyendo las familias de Mardoqueo y la familia de Ester, un grupo de judíos que, unos cincuenta o sesenta años después de que se les permitiera regresar a Jerusalén, aún se encontraban en el Imperio Persa oriental. Su situación no era fácil. Mientras que algunos judíos alcanzaron claramente la prominencia (compárense las pruebas del libro de Daniel), los reyes eran indulgentes con ellos solo hasta cierto punto, y cualquier indicio de actividad subversiva era tratado sin piedad.

En su apogeo, el imperio persa era vasto, abarcando desde la península de los Balcanes —incluyendo partes de lo que hoy es Bulgaria, Rumania y Ucrania— hasta la India moderna e incluyendo el sur hasta Egipto. Nuestra historia tiene lugar en este imperio, en la ciudad de Susa (situada en el actual Irán). La historia de Ester se remonta a unos 450 años antes que el Mesías prometido naciera.

Si nos fijamos en los detalles de la historia nos daremos cuenta de las similitudes entre la cultura de ese imperio y lo que se observa hoy en el siglo XXI.

  • Alcoholismo
  • Poder
  • Diversión
  • Inmoralidad sexual y promiscuidad
  • Exaltación de la belleza física
  • Religiones falsas
  • Personas malvadas siendo promovidas a grandes posiciones de poder
  • Muy poca conciencia de la existencia de Dios y muy pocas personas que realmente creen que hay un Dios que marca una diferencia.

Es un reto para nosotras, como también lo era en el tiempo de Ester, el vivir como una hija de Dios en un mundo que no reconoce a Dios. Y creo que este libro nos ayudará mientras tratamos de hacer eso precisamente.

LA PROVIDENCIA DE DIOS

A través de la historia en este libro notamos la providencia divina a través de ciertas “coincidencias” que no tienen explicación.

La palabra providencia es pronoia significa previsión, provisión. Aplicado a la Divina Providencia significa el cuidado amoroso de Dios por nosotros, esto no implica que nunca vivamos tribulaciones, ya vimos esto en la serie anterior, que muchas veces necesitamos pasar por esos periodos para reconocer que somos necesitados de Dios y que no somos autosuficientes.

Al mirar en retrospectiva histórica, a menudo podemos ver la mano de Dios dirigiendo los eventos. José fue vendido por sus hermanos como esclavo, estuvo en la cárcel por un crimen que no cometió… esto lo puso en posición para interpretar el sueño del Faraón, convirtiéndose así en la segunda persona al mando en Egipto, y finalmente salvó al pueblo egipcio y a su propia familia (Génesis 50:20).

La persecución de la iglesia primitiva en Jerusalén tenía a los creyentes corriendo por sus vidas (Hechos 8:1) dando como resultado la propagación del evangelio a través del Imperio romano.

En el momento que ocurrían los acontecimientos del libro de Ester, los involucrados probablemente no vieron a Dios trabajando. Ester, Mardoqueo y el pueblo judío en el Imperio persa pudieron haberse preguntado si ¿Él también estaba trabajando?; viviendo bajo el gobierno de un rey tiránico, habría sido difícil ver a Dios en sus circunstancias. Pero como descubriremos, incluso cuando no podemos ver su mano, podemos confiar en que Dios está trabajando para nuestro bien y para su gloria.

¡Empieza a buscar la providencia de Dios y la verás por todas partes!

Verás en Ester que Dios tiene un plan que no puede ser frustrado por nada. Dios liberará a su pueblo y finalmente cumplirá todos sus propósitos en este mundo. Que esta historia de las Escrituras te ayude a reconocer la mano invisible de Dios que siempre está trabajando en tu vida.

LOS PERSONAJES

  1. Jerjes o Asuero

Ester 1:1 Eran los días de Asuero, el rey Asuero que reinó desde la India hasta Etiopía sobre 127 provincias.

Asuero es su título persa, que significa «padre alto» o «rey venerable»; y su nombre griego es «Jerjes el grande».

En la época de Ester, el rey Jerjes era uno de los hombres más poderosos en la faz de la tierra. Reinó del 486 al 465 A.C. sobre un imperio mundial.

Según Heródoto, un historiador griego, era un hombre malhumorado, indisciplinado, débil y cruel. Algunos autores han encontrado difícil aceptar, por ejemplo, la historicidad del genocidio proyectado contra los judíos por Amán con el visto bueno de Asuero. Fue un hombre perfectamente capaz de maltratar a su reina, como en el caso de Vasti, o de mandar eliminar a todo un pueblo, como en el caso de los judíos.[ii]

Otras ilustraciones históricas acerca del carácter de Asuero, en una ocasión Asuero trató de seducir a la esposa de su propio hermano. Cuando ella no accedió, él terminó practicando incesto con la hija de ella y luego mandó a matar a toda la familia.

Podemos entonces resumirlo como un hombre cruel, vengativo, tenía ejércitos magníficos, tenía poder, tenía autoridad, riqueza, influencia, posesiones, sin dominio propio, lujurioso, con problemas con la bebida.

Mientras uno piensa sobre estos tipos de personas malvadas y difíciles, a veces parecería que ese es el tipo de persona que está manejando el mundo —personas paganas, iracundas y malvadas. A veces parecería que este es el tipo de personas que dirigen nuestras vidas. Hay mujeres casadas con hombres como estos. Hay jefes que son así. Hay instituciones que están siendo administradas por personas así.

A veces en Su providencia Dios permite que sean personas impías las que están a cargo. Necesitamos reconocer eso. Durante esos tiempos nos sentimos como que no podemos hacer nada. Es fácil perder la esperanza o suponer que nunca las cosas van a cambiar.

Ahora hay momentos en que parece que los malvados prosperan, y Dios les permite prosperar por un tiempo. Pero tenemos que recordar que el capítulo final todavía no está escrito. Tenemos que mirar hacia delante, hacia el final de la historia y darnos cuenta de que ellos no durarán para siempre.

(Otro personaje es)

  • Mardoqueo

Ester 2:5-7 5Y había en la fortaleza de Susa un judío que se llamaba Mardoqueo, hijo de Jair, hijo de Simei, hijo de Cis, el benjamita. 6Él había sido deportado de Jerusalén con los cautivos que habían sido deportados con Jeconías, rey de Judá, a quien se había llevado cautivo Nabucodonosor, rey de Babilonia. 7Mardoqueo estaba criando a Hadasa, es decir, Ester, hija de su tío, pues ella no tenía ni padre ni madre. La joven era de hermosa figura y de buen parecer, y cuando su padre y su madre murieron, Mardoqueo la tomó como hija suya.

Los judíos pertenecían a palestina. Aquí está Mardoqueo, judío, en una tierra pagana. No encaja, pero Dios lo va a usar y le va a dar un propósito.

Al igual que Mardoqueo nosotras no pertenecemos a esta tierra. Fuimos hechas para otro lugar. Se llama el cielo. No encajamos aquí en esta tierra, pero Dios quiere utilizarnos para que seamos de bendición, para cumplir sus propósitos.

Vemos también que Mardoqueo era de la tribu de Benjamín. ¿A quién más conocen que era de la tribu de Benjamín? Al primer rey de Israel, al rey Saúl.

El bisabuelo de Mardoqueo había sido deportado de Judá por el rey de Babilonia, Nabucodonosor, y Mardoqueo era de la tercera o cuarta generación que había crecido en lo que ahora era Persia. Él vivió en la capital de Susa. Fue puesto allí providencialmente por Dios por razones que él no tenía forma de entender durante ese tiempo.

Él no podía ver. Él no sabía por qué Dios lo había puesto como judío, como extranjero, en medio de este imperio persa. Él no encajaba. Los judíos no encajaban en Persia. No es ahí donde pertenecían, pero Dios providencialmente había colocado allí a Mardoqueo; Él tenía un propósito para su vida.

Podría decirse que posiblemente ustedes no vean, que no sepan; es más, que no podemos ver, no sabemos, todos los propósitos e intenciones que Dios tiene con nuestras vidas en esta tierra. ¿Por qué Dios me puso en este matrimonio? ¿Por qué Dios me puso en este trabajo? ¿Por qué Dios me puso en esta comunidad? ¿Por qué Dios me puso en este país? ¿En este lugar? ¿En estas circunstancias? No lo sabemos, pero confiamos en la providencia de Dios que él tiene un propósito para ponernos allí.

Mardoqueo estaba criando a su prima huérfana. La había adoptado. La vigilaba. Cuidaba de ella, lo que veremos a medida que sigamos avanzando en el capítulo.

Él cumplió la responsabilidad de un padre hacia una hija; es decir, cuidarla. Es su hija adoptiva. Ester es judía, y los judíos, como veremos, serán una minoría despreciada en el reino.

(Llegamos a nuestro personaje favorito)

  • Ester

Ella era huérfana. Tanto su madre como su padre habían muerto. Ella no tenía otra familia que no fuera Mardoqueo, y uno piensa en todas las cosas en la historia de esta jovencita que uno diría que no fueron cosas ideales, cosas que pudieron haberla hecho decir: “No hay esperanza para mí. No valgo la pena”.

Dice que ella es joven o doncella. Habla de una muchacha que esté entre la infancia y la adolescencia. Ella era una jovencita, probablemente una adolescente.

Vemos que es hermosa. Ese es un detalle pequeño, pero se hace importante. Así es como ella termina en el palacio.

¿De dónde obtuvo Ester su belleza? Dios se la dio. Eso fue parte de la providencia de Dios en su vida.

Si hay una joven que pudiera tener problemas con la imagen de sí misma, aparte de su belleza física, era ella, y aun su belleza física pudo haberle causado problemas de imagen porque ella pudo haber pensado “la única razón por la que me quieren es por mi belleza”. Ella era una mujer que tenía muchas razones para no salir adelante.

Ester 2:8 Así que cuando el mandato y el decreto del rey fueron oídos, muchas jóvenes fueron reunidas en la fortaleza de Susa bajo la custodia de Hegai. Ester también fue llevada al palacio del rey, bajo la custodia de Hegai, encargado de las mujeres.

No sabemos si Ester fue llevada voluntariamente o si fue en contra de su voluntad. No obstante, sea que haya ido por su propia voluntad o que haya sido coaccionada, como pienso que fue el caso, sabemos esto: Sabemos que Dios, en su providencia, trajo lo bueno de lo malo.

Aquí tenemos a esta jovencita adolescente, que llega a este cambio total, inesperado y radical en toda su vida, en todas sus circunstancias. El curso completo de su vida fue alterado radicalmente en un instante.

Ester 2:9 La joven le agradó a Hegai y halló favor delante de él, por lo que se apresuró a proveerle cosméticos y alimentos. Le dio siete doncellas escogidas del palacio del rey, y la trasladó con sus doncellas al mejor lugar del harén

Lo que pasa es que tan pronto llega al palacio, rápidamente halla el favor de todo aquel que la conoce. Tres veces en este capítulo, ella halló el favor de la gente que la rodeaba versículos 15 y 17. La providencia de Dios actuando.

Ella halló favor porque la mano de Dios estaba en su vida, pero pienso que hay también otra razón, y es porque ella tenía algo más que belleza física. Ella tenía belleza interior. Ella era una mujer con valentía.

Una mujer de Dios puede hallar favor en la peor de las circunstancias si tiene un espíritu encantador, si tiene un corazón piadoso y si tiene un carácter piadoso.

Ester 2:20 Ester todavía no había dado a conocer ni su familia ni su pueblo, tal como Mardoqueo le había mandado, porque Ester hizo lo que le había dicho Mardoqueo, como cuando estaba bajo su tutela.

Ester también fue obediente a Mardoqueo y él se preocupaba de ella, de lo que estaba sucediendo en el palacio, Él siguió conectado con ella, lo mejor que pudo. Todavía tenía un sentido de responsabilidad hacia ella. Ella era su hija. Él la crio como su hija, imagínalo caminando frente a esa corte del harén, tratando de averiguar la más mínima noticia. ¿Cómo le va? ¿Qué estará haciendo? Porque, claro está, Ester estaba aislada en ese harén.

  • Amán

Se le describe como hijo de Hamedata, Amán es un agagueo, término asociado a los enemigos amalecitas del pueblo de Dios (véase Éxodo 17:8-16; Deuteronomio 25:17-19)

Amán era autoridad dentro del reino, Asuero lo puso en esa posición, todos se inclinaban ante él. Un hombre con dinero, con poder, deseoso del reconocimiento y que se pensaba superior en todos los ámbitos y por lo tanto merecedor de que se inclinaran y postraran delante de él.

Era capaz de la ira violenta hasta el punto que querer matar a Mardoqueo porque no se postro y a todos los judíos de pasada, su propósito era exterminar a los judíos, me hace pensar en cómo una persona puede acumular tanto odio que es capaz de elaborar un plan de aniquilación de una raza, incluso justificar ese plan diciendo que ese pueblo judío eran una amenaza para el reino.

Este hombre representa la amenaza, la guerra espiritual que el diablo está dando para que el reino de Dios se quebrante, desaparezca o parezca derrotado, ya hemos visto que esto es imposible, no hay nada que pueda luchar contra Dios y Su iglesia, nuestro convencimiento es que Dios es vencedor, ¿tu estas venciendo a través de una fe fuerte?

Tú no sabes por qué Dios está haciendo lo que está haciendo. Pero Dios sí lo sabe. Por tanto, busca evidencia de la providencia de Dios a tu alrededor y cuando no puedas verla, algo que a menudo sucede, entonces confía en que Él está trabajando, planeando, preparando, orquestando, tejiendo un plan y que tendrás parte en esta historia.

Síguenos en el siguiente episodio de la serie ESTER, para ser Edificada en Cristo.


[i] (Tomado de Nancy Leigh DeMoss, 23 de febrero  al 16 marzo 2018, transcripción de radio. www.AvivaNuestrosCorazones.com)

[ii] S. Stuart Park, David F. Burt, y David Pradales, El Cetro de Oro, Ester: Más allá del poder humano, 1a Edición. (Barcelona: Publicaciones Andamio, 2000), 84.

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