ESTER (PARTE IV)

Estamos en Edificada en Cristo con la serie Ester[i], en el episodio anterior vimos cómo se está librando una batalla espiritual, y lo estamos evidenciando en esta historia de Amán y los judíos durante el reinado de Asuero.                                                        

Recuerda que no importa la malicia que surja en este mundo o en tu mundo, en tu trabajo, en tu casa, en tu escuela, recuerda que no importa el mal que sea, contra Dios, contra Su pueblo, contra ti, puedes estar segura de que no solo Dios lo sabe antes de que suceda, sino que él ya tiene listos los instrumentos que anularán esa maldad a Su manera y a Su tiempo.

Pregúntate entonces como sierva de Dios: ¿Para qué propósito me ha colocado Dios aquí en este lugar y en este tiempo? Puede que Dios te tenga en un salón de clases con profesores que no conocen a Dios, o en un trabajo con colegas profanos, o en un hogar con un esposo sin Dios.

Pregúntate: ¿Cuál es el propósito de Dios? ¿Por qué Dios me ha colocado en este lugar, en esta puerta, en este palacio, en estas circunstancias, en este tiempo?

INFLUENCIADOS POR LA CULTURA

En este momento la ciudad de Susa estaba turbada, eran acontecimientos terroríficos y en Ester 4 se expresa lo siguiente

Ester 4: 1-3  1Cuando Mardoqueo supo todo lo que se había hecho, rasgó sus vestidos, se vistió de cilicio y ceniza, y salió por la ciudad, lamentándose con grande y amargo clamor. Y llegó hasta la puerta del rey, porque nadie podía entrar por la puerta del rey vestido de cilicio. En cada una de las provincias y en todo lugar donde llegaba la orden del rey y su decreto, había entre los judíos gran duelo y ayuno, llanto y lamento. Muchos se acostaban sobre cilicio y ceniza.

Aquí está Mardoqueo el judío, quien se aflige por este edicto tan pronto se entera del mismo. ¿Por qué?

Bueno, seguro él estará pensando: Es mi culpa, porque yo no me inclino ante Amán.

Así que decide seguir adelante, y en un lugar público. No solo está en casa lamentándose de esto; está en un lugar público, vestido de cilicio y ceniza. Lo hace en público, en medio de la ciudad; con un gran y amargo clamor, cilicio y ceniza.

Mardoqueo no puede ver qué es lo que Dios tiene entre manos. Él no puede ver lo que Dios tiene planificado. Nosotras tampoco cuando estamos en medio de la circunstancia, cuando estás afligida y en duelo.

Pero a través de la fe y de la fidelidad, Mardoqueo se convierte en un instrumento a través del cual puede cumplirse la voluntad de Dios. Él solo puede ver la crisis inmediata, que era suficiente para empujarlo a actuar; pero lo que estaba sucediendo con Mardoqueo y hasta con su aflicción era realmente solo una pequeña pieza de un inmenso y eterno cuadro.

La batalla no es entre Mardoqueo y Amán. La batalla es entre Satanás y Dios, y cuando nos ponemos del lado de Dios, cuando respondemos a la crisis de una manera piadosa, agradable a Dios, nos convertimos en un instrumento para que los propósitos de Dios sean cumplidos en tu pequeño rincón de la tierra.

Pensemos en estos judíos que eran la tercera y cuarta generación que vivían en Persia, algunos habían regresado a su tierra bajo Esdras, pero no la mayoría. Ellos habían asimilado la cultura persa. Muchos de ellos, sin duda, eran judíos solo de nombre.

De modo que Dios usa la presión. Dios utiliza la amenaza de la persecución, pero ¿para hacer qué? Para convertir sus corazones, para revivirlos, para hacerles una llamada despertadora, y ayudarlos a ver la maldad de la cultura a la cual ellos estaban tan acostumbrados.

Dios quiere purificar a su pueblo. Quiere recordarles que ellos no encajan en esta cultura. No pertenecen en esta cultura. Y se están pareciendo demasiado a ella.

Dios quiere llevar a Su pueblo al arrepentimiento. Él quiere preservarlo y protegerlo, así que emplea un rey malvado y un decreto malvado y una situación desesperada, una crisis, para llamar la atención y los corazones de Su pueblo, para humillarlo.

Ester no estaba ajena a lo que estaba sucediendo en Susa y especialmente a Mardoqueo y leemos

Ester 4:4-5  4Vinieron las doncellas de Ester y sus eunucos, y se lo comunicaron, y la reina se angustió en gran manera. Y envió ropa para que Mardoqueo se vistiera y se quitara el cilicio de encima, pero él no la aceptó. 5Entonces Ester llamó a Hatac, uno de los eunucos que el rey había puesto a su servicio, y le ordenó que fuera a Mardoqueo para saber qué era aquello y por qué.

Ester envía a un mensajero para averiguar lo que está pasando y Hatac investiga la situación.

A ella le importa Mardoqueo, y quería saber más.

Lo que me lleva a preguntarte: ¿Sabes lo que está sucediendo en nuestra cultura y cómo está afectando al pueblo de Dios? ¿Tienes un entendimiento de los tiempos que estamos viviendo? ¿Estás al tanto de estas guerras culturales, de lo que está pasando en el mundo que afecta a los creyentes?

¿Estás enterada de las guerras en el pueblo de Dios? El problema real no es lo que le está pasando al pueblo de Dios, sino lo que está pasando dentro del pueblo de Dios.

Lo que está pasando en la iglesia, la carnalidad, la mundanalidad del pueblo de Dios dentro de la iglesia, eso es lo que realmente es la causa de nuestra aflicción. Ese es nuestro verdadero problema.

Esto debería afligirnos, el hecho de que hoy en día hay personas que pueden ser miembros activos y de buena reputación en la iglesia, pero con relaciones rotas, con amargura, con odio, con matrimonios que se están derrumbando, y la iglesia no se les acerca, diciéndoles: Esto no puede ser o esto no está bien. ¡Solo estamos dejando que las cosas sucedan!

Estamos viendo adicciones, laceración de partes del cuerpo, abortos, todo esto dentro de la iglesia. La avaricia, vivir por el dinero todopoderoso, sin importarles los pobres, los oprimidos— ¡esto es dentro de la iglesia! Y debería afligirnos. Es doloroso.

No podemos esperar que el mundo alguna vez sea piadoso. El mundo no puede ser piadoso. No tiene a Dios. Pero que esta sea la condición de la iglesia, debería rompernos el corazón. Debería afligirnos en gran manera.

No podemos sencillamente sentarnos en nuestros pequeños círculos cristianos, nuestros pequeños palacios cristianos y decir: Mi vida está bien, mientras haya un pueblo de Dios en tan grande aflicción. De esto se trata la historia de Ester.

Es sobre una mujer que dice: Estoy dispuesta a dejar la comodidad, la seguridad, la conveniencia de mi posición como reina, y estoy dispuesta a hacer algo, aunque me cueste la vida, con lo que está pasando en el pueblo de Dios. Y Ester hace algo.

Ester 4:6-9  6Y salió Hatac donde estaba Mardoqueo en la plaza de la ciudad, frente a la puerta del rey. 7Y Mardoqueo le informó de todo lo que le había acontecido, y la cantidad exacta de dinero que Amán había prometido pagar a los tesoros del rey por la destrucción de los judíos. 8Le dio también una copia del texto del decreto que había sido promulgado en Susa para la destrucción de los judíos, para que se la mostrara a Ester y le informara, y le mandara que ella fuera al rey para implorar su favor y para interceder ante él por su pueblo. Regresó9 Hatac y contó a Ester las palabras de Mardoqueo.

Así que Mardoqueo le envía instrucciones a Ester para rogarle al rey a favor de su pueblo.

Ester4:10-12 10Entonces Ester habló a Hatac y le ordenó que respondiera a Mardoqueo: 11«Todos los siervos del rey y el pueblo de las provincias del rey saben que para cualquier hombre o mujer que vaya al rey en el atrio interior, sin ser llamado, él tiene una sola ley, que se le dé muerte, a menos que el rey le extienda el cetro de oro para que viva. Y yo no he sido llamada para ir al rey por estos treinta días». 12Y contaron a Mardoqueo las palabras de Ester.

La primera reacción de Ester es: No hay nada que yo pueda hacer; mis manos están atadas. Ella sabe que está casada con un hombre violento. Él es impredecible. Es un hombre iracundo. Es propenso a tener ataques de ira.

Ella se siente impotente, humanamente hablando, lo que le han pedido que haga es imposible. No solo es contra la ley, sencillamente no funcionará.

Parece interesante que por primera vez Ester, que siempre ha hallado el favor de todos, ahora está en un lugar en que no tiene el favor del rey. Hace un mes que él no la ha mandado a llamar.

Saben, humanamente hablando, el tiempo no podía ser peor. Pero Dios está a cargo. Dios conoce los tiempos. Dios está a cargo. Dios ha orquestado el tiempo.

Esta es otra evidencia de la mano y el poder de Dios en acción, el hecho de que el momento escogido sea tan absolutamente malo. Pero es evidencia de que Dios ha estado orquestándolo, porque la gracia de Dios siempre brilla a su máxima potencia cuando el telón de fondo es el más oscuro.

Ester 4: 13-14 13Entonces Mardoqueo les dijo que respondieran a Ester: «No pienses que estando en el palacio del rey solo tú escaparás entre todos los judíos. 14Porque si permaneces callada en este tiempo, alivio y liberación vendrán de otro lugar para los judíos, pero tú y la casa de tu padre perecerán. ¿Y quién sabe si para una ocasión como esta tú habrás llegado a ser reina?».

Él le dijo, No pienses que escaparás de la casa del rey más rápidamente que cualquier otro judío. Mardoqueo le recuerda a Ester que ella también es judía y que si el pueblo judío perece, ella también perecerá, que su vida está en peligro, vaya o no vaya al rey.

Dios no me necesita para llevar a cabo sus propósitos en este mundo. Dios no te necesita. Él puede llevar a cabo sus planes con o sin nosotras. No somos indispensables.

Si desperdiciamos las oportunidades que Dios nos da, Él lo hará sin nosotras. Su voluntad será hecha en este mundo, así como en el cielo.

Podemos mirar atrás y ver las oportunidades que desperdiciamos al no involucrarnos en la obra de hacer avanzar el reino de Cristo en este mundo. Quizás tuvimos oportunidad de compartir sobre Cristo con un amigo en particular, pero nunca lo hicimos antes de que él partiera a una eternidad sin Cristo. Nos quedamos en silencio.

Tuvimos la oportunidad de entrenar a nuestros hijos en los caminos de Dios, pero estábamos muy consumidas con deportes y clases de música y tareas. Ahora han crecido, y no tienen un corazón para Dios, ni hambre de Dios.

“Porque si permaneces callada en este tiempo…” Qué frase para meditar. Me hace pensar en muchas de las cosas que están ocurriendo hoy día en la iglesia, donde es más fácil permanecer callada. No queremos provocar una ola; no queremos sacudir el bote, no queremos “hacer sentir mal a nadie”, ni menos provocar un conflicto, entonces callamos. Callamos la verdad de Dios.

Hay tantos temas en los que no debemos quedarnos calladas. El tema de las mujeres irrespetando a sus maridos, relaciones rotas, de amargura, enojo, ira. No podemos permanecer en silencio cuando tenemos amigos que están viviendo en el dolor de la amargura. No podemos quedarnos calladas en esta época tan permisiva ante la sexualidad con nuestros jóvenes y los cristianos en nuestras iglesias, que no entienden que tiene de malo el tener relaciones fuera del matrimonio. No podemos quedarnos calladas.

Dios no te está pidiendo que hables sobre cada cosa, o que seas una metida. Pero sí nos está pidiendo que reconozcamos cuando Él nos ha puesto en una posición en la que podamos hacer una diferencia y donde podamos hacer algo al respecto – aun cuando parezca imposible, aun cuando no parezca prudente.

Madres, ustedes no pueden quedarse calladas. Dios no les está pidiendo que sean unas amargadas. Él no les está pidiendo que sean Dios en la vida de sus hijos, sino que representen la verdad para sus hijos, para sus amigos, y en nuestra cultura.

Piensa sobre lo que Dios te ha dado: los privilegios, las bendiciones, la salvación. Mientras un billón de personas o más en este planeta ni siquiera ha escuchado el nombre de Jesús, ha sido en la providencia de Dios que tú escuchaste el Evangelio, que pusiste tu fe en Cristo, que tienes conocimiento de la Palabra de Dios.

Las habilidades que tienes, las influencias que tienes, los recursos materiales que tienes, todos son regalos, en Su providencia. Dios te entregó esas experiencias, esas oportunidades, esas bendiciones, para que como administradora le sirvas a Él y las uses para hacer avanzar Su reino en la tierra.

Disfrutamos todas esas bendiciones. No son solo para nuestra felicidad, no son para nuestra satisfacción, no son en primer lugar para nuestro placer. Son para la gloria de Dios en un tiempo como este. El hogar en que naciste, las oportunidades que has tenido, la cultura en la que vives, la época en la que vives, todo está de acuerdo con la providencia de Dios y es para los propósitos de Dios y de Su reino.

Es sorprendente como la providencia de Dios está por encima de las pérdidas y de los fracasos causados por nuestros pecados. Y con esto no quiero minimizar el pecado en ninguna manera. Solo estoy diciendo: ¿Dónde estaríamos si Dios no redimiera nuestros desafortunados e inútiles enredos? Eso es lo que somos separadas de Cristo. Dios te ha puesto aquí con un propósito, no solo para llenar espacio o para desperdiciar tu vida.

¿Quién sabe lo que tú puedes hacer?

Dios escoge y usa los don nadies. Él los llena con Su gracia y Su poder y Él los usa en formas poderosas:

—Un joven pastor se convierte en el salmista, rey de Israel, y a través de él viene el Mesías.

—Una viuda moabita pasa a ser parte de la genealogía de El Salvador.

—Una prostituta redimida llega a ser un instrumento clave para los hijos de Israel durante la conquista de la ciudad de Jericó.

—Una joven huérfana en una tierra extraña llega a ser la reina que salva las vidas de millones de judíos.

—Una adolescente virgen da a luz al Salvador del mundo.

¿Quién lo hubiera pensado? ¿Quién lo hubiera planeado? ¿Quién sino Dios? ¿Quién sabe si tú has venido al reino para un tiempo como este?

Ester, esta joven, sin medios, sin experiencia, toma una resolución

Ester 4:16-17  16«Ve, reúne a todos los judíos que se encuentran en Susa y ayunen por mí; no coman ni beban por tres días, ni de noche ni de día. También yo y mis doncellas ayunaremos. Y así iré al rey, lo cual no es conforme a la ley; y si perezco, perezco». 17Y Mardoqueo se fue e hizo conforme a todo lo que Ester le había ordenado.

Ella propuso en su corazón que actuaría, pero no actuaría enseguida. Primero dijo, “necesitamos ayunar”.

Aunque el texto no indica explícitamente que la oración estaba implicada con este ayuno, podemos inferir que lo estaba. Ayunaban con el fin de volver sus corazones hacia Dios. Estaban desesperados, pedían a Dios valor, sabiduría y dirección, pidiendo que Dios les concediera el favor del rey, que interviniera de forma sobrenatural, ya que sabían que esto era lo que cambiaría la situación, y que nada más lo haría. Esta era una situación que no se podía solucionar a través de medios ordinarios.

Es asombroso ver cómo Dios utilizó esta crisis para reunir, incluso para restablecer los corazones de Su pueblo. Cuando ellos no tenían a dónde acudir, sino a Dios… Y fue allí donde acudieron.

Es una enseñanza magnífica, donde lo primero para hacer en una crisis es correr a Dios, humillarse, el ayuno es una muestra de nuestra humillación, reconoce nuestra necesidad de Dios. Ante la crisis, detengámonos y busquemos la dirección de Dios, busca su favor en la situación.

Esta no era una época para ocultar su identidad como judíos. Esta era una época para que el pueblo de Dios se diera a conocer y para unirse en esta batalla.

Imagínate si todo el pueblo de Dios hoy se reuniera, en tu comunidad, en tu iglesia, en la nación, para orar intensamente, detener lo que estamos haciendo y reunirnos en oración y ayuno para que los propósitos de Dios se cumplan.

Ester sabía que debía ir, pero primero necesitaba tener el accionar de Dios, Su dirección, Su intervención a su favor.

La resolución de Ester es, “iré al rey, después de que vayamos único Rey”. Permítanme recordarles que la sumisión a la soberanía de Dios y la confianza en Su providencia, de la que hemos estado hablando en esta serie, no significa que te sientes cómodamente y no hagas nada. Hay un tiempo para callar, pero también hay tiempo de hablar, y Ester sabía que este era el tiempo de hablar; no de callar.

Tú no sabes por qué Dios está haciendo lo que está haciendo. Pero Dios sí lo sabe. Por tanto, busca evidencia de la providencia de Dios a tu alrededor, confía en que Él está trabajando, planeando, preparando, orquestando, tejiendo un plan y tú eres parte en esta historia.

Síguenos en el siguiente episodio de la serie ESTER, para ser Edificada en Cristo


[i] (Tomado de Nancy Leigh DeMoss, 23 de febrero  al 16 marzo 2018, transcripción de radio. www.AvivaNuestrosCorazones.com)

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *