LA CULTURA DEL FEMINISMO (PARTE IV)

Estamos en Edificada en Cristo, en el episodio anterior conversamos acerca de cómo la cultura del feminismo ha fomentado el desprecio a los hombres y sus roles. Pudimos evaluar que tan respetuosamente tratamos a nuestros esposos y hombres cercanos a nuestras vidas. Hoy trataremos como la cultura del feminismo ha llevado a las mujeres fuera del hogar.

LAS MUJERES FUERA DEL HOGAR

Imagina que estás comprando algo en el supermercado y cerca de ti, dos mujeres jóvenes están conversando sobre sus trabajos en importantes compañías. Hablan de sus logros, éxitos, y sus posesiones. De repente una de ellas pregunta: Hace tiempo que no sé de Alicia, ¿la has visto?

La otra amiga responde: ¡La pobre, tanto estudiar y lograr honores para terminar cambiando pañales y cocinando! ¡Qué desperdicio!

¿Has escuchado conversaciones, cómo está? Seguro que sí, pues son muy comunes hoy. Dondequiera que vamos se levantan voces censurando que las mujeres hagan lo que hicieron por siglos, desde que Dios mismo formó la primera familia: ser dadoras de vida; criar y formar hijos; cuidar de su esposo y de su hogar.

Hoy las mujeres han escuchado y dado lugar en su corazón a las ideas feministas y le han dado la espalda a ser esposas y madres y han procurado salir de sus casas. Nos han convencido de que esto es «progreso», «necesidad» o «lo normal en este tiempo».

¿Sabes lo que es peor? Estas ideas han entrado en nuestras iglesias y las hemos aceptado como verdaderas. Hemos «llamado a lo malo bueno y nos hemos vuelto sabías ante nuestros propios ojos». Isaías 5:20.

¿Cuál es la enseñanza de Dios acerca del hogar?

El Hogar

Necesitamos evaluar nuestra responsabilidad bíblica en el hogar. Una esposa piadosa es organizada y trabaja duro para manejar su hogar con el menor desorden posible. También crea un ambiente optimista y alegre para su familia. Dios siempre ha querido que el hogar sea el dominio de la esposa. Desgraciadamente, este tema no es muy popular en nuestra cultura, pero Dios propuso y aún sostiene que la esposa sea “cuidadosa de su casa” (Tito 2:5). Considere a la esposa excelente de Proverbios 31:13–27 y observe cuantos versículos pertenecen al hogar.

  • Busca lana y lino, Y con agrado trabaja con sus manos.v 13
  • También se levanta cuando aún es de noche, Y da alimento a los de su casa Y tarea a sus doncellas. v15
  • Nota que su ganancia es buena, No se apaga de noche su lámpara.v18
  • Extiende sus manos a la rueca, Y sus manos toman el huso.v19
  • No tiene temor de la nieve por los de su casa, Porque todos los de su casa llevan ropa escarlata.v21
  • Hace telas de lino y las vende, Y provee cinturones a los mercaderes.v24
  • Ella vigila la marcha de su casa, Y no come el pan de la ociosidad.v27

Esta mujer descrita aquí era trabajadora, su mundo giraba alrededor de su casa, y aparentemente se gozaba de satisfacción por una obra bien hecha.

Ahondemos más en esta enseñanza, en Tito

Tito 2:3-5 Asimismo, las ancianas deben ser reverentes en su conducta, no calumniadoras ni esclavas de mucho vino. Que enseñen lo bueno, para que puedan instruir a las jóvenes a que amen a sus maridos, a que amen a sus hijos, a que sean prudentes, puras, hacendosas en el hogar, amables, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada.

Encontramos a las ancianas, mujeres mayores con experiencia y fieles enseñando a las jóvenes y ¿qué se debe enseñar?

Lo bueno, amar a los maridos, amar a los hijos, a ser prudentes, a ser puras, a ser hacendosas en el hogar, a ser amables, a ser sujetas a los maridos.

Esta enseñanza se realiza con la palabra, y con el ejemplo.

¿Exactamente qué es ser “hacendosas en el hogar” o “cuidadosas de su casa” como dice en otra versión? En el griego, “cuidadosa de su casa” es una sola palabra, oikorgos que viene de dos raíces: Oikos, que quiere decir “una morada, un hogar, o casa”, y ergon, que quiere decir “trabajar o tener empleo”. Entonces, “cuidadosa de su casa” es alguien que guarda la morada o es una que conserva la casa. El sentido común nos diría que las mujeres jóvenes, en su mayoría, tendrían que estar en casa para lograr este objetivo.

En 1 Timoteo encontramos algo parecido respecto a las viudas.

1 Timoteo 5:14 Por tanto, quiero que las viudas más jóvenes se casen, que tengan hijos, que cuiden su casa y no den al adversario ocasión de reproche.

La palabra griega para “cuiden su casa” o “gobernar la casa” es oikodespotes. Literalmente esta palabra significa “gobernar o guiar la casa”. La intención del pasaje aquí es proteger a la viuda del peligro y preservar su reputación. Entonces, en vez de meterse en peligro, su trabajo es gobernar su casa de manera agradable a Dios.

El concepto bíblico de una mujer “cuidadosa de su casa” no es muy popular hoy en día, pero realmente creo que Dios planeó que las mujeres, especialmente las mujeres jóvenes, se quedarán en la casa y cuidaran bien de sus hogares y a sus familias. Una esposa que está fuera de la casa con demasiadas actividades o trabajo, no tiene ni tiempo ni energía para cuidar su casa como debe.

Si una mujer trabaja, o está pensando en irse a trabajar, debe examinar sus motivos: ¿Qué es lo que desea exactamente? ¿En qué está centrado su corazón?

  • ¿Será en evitar ser una “nadie” o que te etiqueten de floja?
  • ¿Será en tener más cosas materiales?
  • ¿Será evadir el trabajo de cuidar a sus hijos?
  • ¿Será aliviar a su esposo de su responsabilidad para trabajar?
  • ¿Será desarrollar su carrera para realizarse como persona?
  • ¿Será el sentirse independiente del hombre?

Ninguno de estos motivos es para la gloria de Dios, sino que son egoístas y pecaminosos.

Quedarse en casa y organizar un hogar limpio y eficiente tiene un énfasis bíblico importante en el ministerio dado por Dios a la esposa.

Quizás estés pensando, “Bueno, parece lindo, pero ¿qué del matrimonio que tiene deudas?” Un matrimonio que tiene tantas deudas que la esposa tiene que trabajar fuera de la casa, debe considerar sacrificar algunas cosas para que puedan vivir dentro de un presupuesto mientras están haciendo un esfuerzo para reducir la deuda. En otras palabras, la meta sería que ella pueda dejar de trabajar y regresar a la casa. En muchos casos, si un matrimonio hace una evaluación honesta del salario de la esposa, y toma en cuenta todo lo que gastan en transporte, cuidado externo de los niños, ropa, almuerzos y comidas fuera de casa, y un gasto mayor en el supermercado porque tienen que comprar comida preparada, probablemente vería que está perdiendo dinero. ¡Cuanto más sabio sería para ella quedarse en casa y cuidar a su familia! Reducir los gastos en lo imprescindible es posible.

Hablando de reducir los gastos, seamos sabias en el uso del presupuesto que tenemos, no aspiremos a lo que no podemos pagar, a veces, nos desesperamos porque queremos vivir al nivel que los demás a nuestro alrededor, quizás nos gustaría que nuestros hijos vistan con las mejores marcas de ropa y zapatos y ahí estamos nerviosas, endeudándonos, presionándonos para lograrlo. Meditemos en estas cosas y que Dios nos dé sabiduría para usar bien lo que Él nos da.

¿Y qué si un marido manda a su mujer a trabajar? Preguntaría primeramente si lo hace porque piensa que la mujer debe aportar monetariamente en la misma proporción que el hombre, si es ese el motivo debo decir que no es el plan de Dios, recordemos que la mujer tiene un llamado especial hacia el hogar.

Otro motivo no bíblico es si ella apoyara a su marido económicamente para que él fuera irresponsable o perezoso.

Avancemos un poco más, ¿cuál es la situación si aún no hay hijos en el matrimonio? Mi opinión es que la mujer podría trabajar fuera del hogar para ayudar y cooperar o ahorrar ese dinero extra; sin embargo, siempre el enfoque debe ser no descuidar el hogar (la familia), y que no sea por un motivo egoísta como los vistos anteriormente.

Entonces ahora la pregunta lógica es ¿y qué sucede entonces cuando llegan los hijos? Lo más sabio sería que la mujer sea cuidadosa del hogar, algunas ventajas que puedo concluir son las siguientes:

  • La mujer estará enfocada en construir el hogar bajo la Palabra de Dios.
  • La mujer fomentará un lugar tranquilo donde la familia llegue a refugiarse.
  • La mujer evitará el estrés propio de lo que significa desarrollar un sinfín de responsabilidades que no tienen que ver con la familia.
  • La mujer cuidará el presupuesto con el que se cuenta para satisfacer las necesidades.
  • La mujer puede desarrollar actividades creativas desde el hogar para ayudar a suplir algunas deficiencias del presupuesto.
  • Los niños estarán desde los primeros años de su vida recibiendo la disciplina e instrucción del Señor.
  • Los niños aprenderán a cooperar en el orden del hogar.
  • Se evitarán enfermedades que son frecuentes en los jardines infantiles.
  • La familia podrá encontrar estabilidad emocional cuando la mujer también está enfocada en el hogar.
  • La familia comerá sanamente.

Más preguntas

¿Y qué pasa si el marido se enferma o se muere? En algunos casos, creo que su iglesia tiene la responsabilidad de ayudarla para que pueda estar en la casa con los niños (1 Timoteo 5:1–16). Si la iglesia no lo puede hacer, tal vez tendrá que buscar empleo, ya sea desde su hogar o fuera de él.

Me gustaría trabajar medio tiempo, ¿puedo hacerlo? Mi opinión es que si, solo debes darte cuenta si eso te hará descuidar el hogar o que lo esté haciendo por motivos egoístas.

En mi vida laboral fuera del hogar que duro unos siete años, cuando ya mis hijos eran adolescentes, conocí mujeres que preferían trabajar fuera a estar en el hogar, simplemente no querían estar ahí para cuidar a los hijos, ni preparar comida, ni limpiar, y delegaban esta responsabilidad en sus madres. Otras eran por motivos económicos, mis motivos fueron para pagarles un curso de inglés a ambos. Debo confesar que fue un periodo bien estresante, no podía enfocarme en mi familia, solo lo que el tiempo y mis fuerzas  me permitían. Descuide a mi familia, y concluí que no se pueden hacer bien las dos cosas. Otra experiencia que he tenido es que Dios me dio oportunidades laborales por cortos periodos de tiempo fuera de casa, emprendí algunos negocios y otros que me permitieron en todo momento ayudar a aliviar un poco la carga monetaria de mi esposo. Dios sabe lo que necesitamos en cada momento y otorga lo necesario.

Otra pregunta que podría surgir ¿qué de la joven soltera? Claramente, deberá trabajar mientras dure su soltería para poder sostenerse. Si esta joven soltera tiene novio (cristiano o no) con pretensiones de casarse, entonces este es un tema para abordar y tener claro lo que piensa el varón.

El plan de Dios para la esposa es ser “cuidadosa de su casa” y mantener un hogar en orden y organizado. No quiere decir que el marido o los niños no puedan ayudar, pero ella dicta el tono del ambiente en la casa. El caos y el desorden crean un ambiente de tensión y contención, le quita la energía que ella necesita para mantener la relación con su marido y los niños. Una esposa debe estudiar cómo mantener una casa bien ordenada y limpia, y estar organizada en cuanto a la compra de alimentos y la preparación de la comida.

Una esposa debe ser eficiente en lo que hace, no debe perder el tiempo y no ser perezosa. Si es perezosa, tiene que arrepentirse. Una persona perezosa quizás siempre esté haciendo algo, pero muchas veces está involucrada en actividades autocomplacientes como leer, mirar la televisión, recostarse, tomando café con amigas, etc. Cualquier creyente puede arrepentirse de su pereza y, con la ayuda de Dios, llegar a ser autodisciplinada. Una esposa puede aprender cómo trabajar duro, haciéndolo “de corazón, como para el Señor” (Colosenses 3:23).

Es bien frecuente buscar la perfección en el hogar, este un extremo que tampoco es bueno porque nunca estaremos conformes en cómo se ve el hogar, lo cual traerá ansiedad y enojo. Tratemos de ser equilibradas en nuestras actividades.

Hermanas valoremos nuestro trabajo en el hogar, estamos formando una familia, hijos para Cristo, nuestra labor es demasiado importante como para delegársela a otros. Enseñemos a nuestra familia a valorar nuestro trabajo como lo fue la mujer virtuosa

Proverbios 31:28-29 Sus hijos se levantan y la llaman bienaventurada, También su marido, y la alaba diciendo: «Muchas mujeres han obrado con nobleza, pero tú las superas a todas».

Hermanas, estoy segura de que nuestras familias, son todas distintas, que no se puede generalizar, solo sé que hay diseño perfecto de Dios y que este es bueno, funciona para nuestra vida aunque no lo creamos, o aunque pensemos que tenemos que ayudar a Dios. Si queremos seguir el diseño de Dios, pidámosle a Él que nos ayude a ordenar nuestros asuntos económicos, que ponga en nuestro corazón un deseo por servir y fomentar la familia cristiana para Su Gloria.

Oremos unas por otras para ir creciendo y adoptando el modelo de Dios para nuestra vida, es lo único que traerá paz, plenitud y gozo a nuestro corazón.

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La Esposa Excelente, Martha Peace

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